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Raúl Castro: una historia de amor, confianza y certezas

19 abr. 2021
Cubahora
3 de junio de 1931. Birán, Holguín. Nació el cuarto de los siete hermanos del matrimonio formado por Ángel Castro Argiz y Lina Ruz González: Raúl Modesto Castro Ruz. Con cinco años, estuvo en el Colegio católico de los Hermanos de La Salle y un tiempo después, fue inscrito en una escuela cívico militar.

De aquella época, recuerda que “en La Salle, y luego en la otra experiencia en la escuelita cívico militar, me gustaba cuando estaba en Birán porque iba todos los días a caballo y me gustaba mucho montar a caballo, iba y venía; después viví la experiencia de Los Hoyos, no la encontré mala, estaba libre allí y en la otra escuela había cierta disciplina militar, por lo que yo no podía estar por la edad; entonces me llevan a Dolores”.

Para el año 1945, Raúl Castro concluye la enseñanza media en Santiago de Cuba e ingresa al Colegio de Belén, perteneciente a la Orden de los Jesuitas, en La Habana. Ante un reclamo de este mismo colegio sus estudios de bachillerato fueron interrumpidos y el padre lo lleva de regreso a Birán, donde realiza diferentes labores y estrecha lazos con los trabajadores agrícolas.

En 1950, Raúl matricula en la carrera de Administración, perteneciente a la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Desde allí, se incorpora a la lucha revolucionaria. Su presencia se vuelve común en diversas manifestaciones contra los males que aquejaban a la república por aquella época. De hecho, en 1952 se suma de inmediato al combate de los estudiantes universitarios contra el golpe de Estado, propinado por Fulgencio Batista.

Treinta días después del golpe, un importante movimiento de apoyo a la Constitución de 1940 fue generado en los predios universitarios. En ese contexto, Raúl Castro es uno de los que promueve los actos de entierro y jura de la Carta Magna, una muestra de la voluntad de rescatar la institucionalidad del país.

El año siguiente fue decisivo en su formación revolucionaria. A inicios de 1953, toma parte en el Congreso Nacional Martiano, por la Defensa de los Derechos de los Jóvenes Cubanos. Luego, el 27 de enero, es uno de los 300 jóvenes que marcha en el Desfile en las Antorchas, organizado por la Federación Estudiantil Universitaria en homenaje a José Martí.

Un mes después, el 24 de febrero, Raúl Castro sale hacia Viena, Austria, encabezando la delegación cubana a la Conferencia Internacional sobre los Derechos de la Juventud. Al concluir el evento, visita Rumanía, para participar en la reunión del Comité Internacional Preparatorio del IV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes y luego realiza una breve estancia en Checoslovaquia.

Al llegar a Cuba, después de su participación en la Conferencia, es arrestado bajo la acusación de introducir propagando subversiva al país. A los pocos días es liberado gracias a gestiones legales de Fidel Castro y también por la presión que ejerció el periódico del Partido Socialista Popular.

El 26 de julio de 1953, Raúl es uno de los asaltantes del Cuartel Moncada. Solo unas horas antes de esta operación fue que supo que iría junto a otros cinco hombres a tomar el edificio del Palacio de Justicia, que se encontraba al lado del cuartel. Desde la azotea de este lugar, debía apoyar con el fuego la ofensiva del grupo principal dirigido por Fidel.

Raúl iba en el tercer auto de la caravana que partía aquel día histórico hacia el cuartel. Ante un error de desvío, tuvieron que rectificar el rumbo situación esta que provocó la llegada con retraso a su objetivo, prácticamente cuando en el Moncada se iniciaba el tiroteo. Cuando lograron llegar a la azotea el grupo abrió fuego con el propósito de paralizar las acciones de la guarnición. No obstante, ante el fallo del factor sorpresa en la operación, Fidel ordena la retirada. Raúl y sus acompañantes salen del edificio, en un trayecto corto, pero en el que casi son apresados.

Dos días después del asalto, Raúl es apresado. El 2 de octubre de 1953 es condenado a 13 años de prisión y enviado al Presidio Modelo en la entonces Isla de Pinos. Después de dos años y siete meses, el 15 de mayo de 1955 sale en libertad al promulgarse por presión popular, una Ley de Amnistía a los prisioneros políticos.

Ese mismo año, el 24 de junio 1955, ante el evidente hostigamiento y persecución de la dictadura, cumpliendo instrucciones de Fidel, parte al exilio en México. Allí, Raúl conoció a Ernesto Guevara, en quien reconoció a un interlocutor necesario para el debate filosófico, político y cultural. También en este país latinoamericano estudió, se involucró en los preparativos de la próxima gesta libertaria y apoyó a Fidel en las decisiones asociadas a la expedición del Granma.

El 1 de diciembre de 1956, es ascendido a capitán y elegido jefe de uno de los tres pelotones del Destacamento Expedicionario. Al día siguiente, desembarca en Playa Las Coloradas, Niquero, actual provincia de Granma. El 5 de diciembre, en Alegría de Pio, los revolucionarios son sorprendidos por el ejército batistiano y dispersados. Raúl, al frente de otros cinco combatientes, logra burlar el cerco enemigo y se adentra en la Sierra Maestra.

El 18 de diciembre constituye otra fecha histórica. Después del revés de Alegría de Pío, de días de incertidumbre, Fidel y Raúl se reencuentran en Cinco Palmas. En aquel instante en que se unen doce hombres y siete fusiles, escuchó la histórica frase de Fidel: “Ahora sí ganamos la guerra”.

De enero de 1957 a febrero de 1958 participa en la mayoría de los combates librados por los barbudos, incluidos la toma del Cuartel de La Plata, primera victoria de los rebeldes y el ataque al Cuartel del Uvero, que al decir del Che Guevara “marcó la mayoría de edad” del Ejército Rebelde.

Fue en ese tiempo también en el que demostró su capacidad organizativa y valor en el campo, cuestiones estas que lo llevaron a ascender al grado de comandante y el nombramiento como jefe del Segundo Frente Oriental Frank País.

RAÚL CASTRO DESPUÉS DE ENERO DE 1959

El 1 de enero de 1959 cae la dictadura de Fulgencio Batista. Para Raúl, la Revolución victoriosa dirigida por Fidel, en la que un pequeño ejército de 300 hombres mal armados, desafió y venció a un ejército de más de 12 mil bien armados y apoyados por la aviación, es una hazaña inigualable en la historia del arte militar.

En los primeros días de enero, cumpliendo órdenes de Fidel Castro, se personó en el Cuartel Moncada, la segunda fortaleza militar del país, acompañado solo por un escolta. Esta vez, Raúl había tomado el cuartel, sin realizar un solo disparo.

El 3 de febrero de 1959, el Consejo de Ministros lo designa Segundo Jefe de las Fuerzas de aire, mar y tierra de la República. A partir de ahí, con su capacidad organizativa llevó adelante el proceso de construcción militar de las que emergieron las actuales Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). El 16 de octubre de 1959 es designado al frente del nuevo Ministerio de las FAR, cargo en el que permanecerá durante los próximos 49 años.

El 7 de julio de julio de 1960 es invitado por el Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la URSS, así realiza su primer viaje a la Unión Soviética. Allí firma importantes convenios para el suministro de armamento gratuito a Cuba. Visitó ese país en otras 22 ocasiones y ha estado en Rusia en los años 2009 y 2012.

En abril de 1961, durante los días de la invasión militar a Cuba por mercenarios al servicio de Estados Unidos, Fidel le ordena partir hacia la antigua provincia de Oriente. Esta decisión se repetirá en años siguientes, ante cada situación de grave peligro para el país.

Cuatro años después, en octubre de 1965 con la creación del Partido Comunista de Cuba (PCC), es elegido el segundo secretario de la organización. Luego, el 3 de febrero de 1966, Raúl participa en la primera Reunión Nacional de Organización del Partido en las FAR. Allí es el encargado de las conclusiones del evento, donde expresa que “los comunistas somos cabeza, somos corazón, somos Estado Mayor del pueblo en la Revolución”.

Durante enero 1967, cesa temporalmente en sus funciones como ministro de las FAR para integrarse como alumno al Segundo Curso Académico Superior, impartido en Cuba por especialistas militares soviéticos. En julio de 1968, tras recibir el diploma de graduado del Segundo Curso Académico Superior, reasume el cargo de ministro de las FAR.

En 1976, después de adoptarse un nuevo sistema de grados militares en la organización, es ascendido a General de Ejército. Ese mismo año, el 3 de diciembre, queda constituido el Consejo de Estado de la República de Cuba y se aprueba en sesión plenaria de la Asamblea Nacional, la creación del Consejo de Ministros, donde Raúl es elegido Primer Vicepresidente de ambos órganos.

Raúl preside la delegación cubana a la IX Cumbre del Movimiento de Países no Alineados en septiembre de 1989, retomando la presidencia en septiembre del 2006, durante la XIV Cumbre; en julio del 2009 con la XV Cumbre y en el 2016, con motivo de la XVII Cumbre.

Su labor durante los años 1993 a 1995 fue fundamental en interés de cohesionar las fuerzas y vencer los desafíos del Periodo Especial. Luego, el 27 de febrero de 1998 recibe, junto al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez Báez de Primer Grado.

El 31 de julio asume temporalmente la dirección del país, al enfermar gravemente el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Dirige la Operación Caguairán, con el objetivo del fortalecer la defensa de la nación. El 30 de marzo de 2007, durante el Consejo Militar del MINFAR dejó claro que “no hay tarea imposible cuando una sociedad como la nuestra actúa bajo un plan único, con organización y objetivos precisos”.

El 24 de febrero de 2008, en un día marcado en el calendario histórico de Cuba, Raúl Castro es elegido Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros por la Asamblea Nacional del Poder Popular y reelecto en el año 2016.

LIDERAR Y GUÍAR UN PAÍS

El 16 de abril de 2009, Raúl va al frente la comitiva cubana a la VII Cumbre Presidencial del ALBA, celebrada en Cumana, capital del Estado de Sucre en Venezuela. Allí es recibido por el inolvidable presidente Hugo Chávez Frías. Un año después, en la IX Cumbre del ALBA en Caracas, Venezuela se refirió a la importancia para Latinoamérica de tener en cuenta la historia: “La experiencia del largo y doloroso camino recorrido en la historia común de dos siglos nos enseña que solo tenemos una alternativa: unirnos, luchar y vencer”.

En 2013, el 28 de enero, asume la Presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), durante la I Cumbre, celebrada en Santiago de Chile. En su período como Presidente del Consejo de Estado, encabezó las delegaciones cubanas a este evento.

El 17 de diciembre de 2014, en una alocución en cadena nacional, Raúl Castro anunció que, resultado de un diálogo al más alto nivel que incluyó una conversación telefónica con el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se pudo avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones.

Seguidamente, Raúl dio una de las noticias más esperadas por toda Cuba durante más de 16 años: "Como prometió Fidel en junio del 2001 cuando dijo "Volverán", arribaron hoy a nuestra Patria Gerardo, Ramón y Antonio".  Minutos después, el presidente cubano anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones y precisó que Cuba ha demostrado que es y será fiel a sus ideales de independencia y justicia social y que no renunciará a sus principios.

Luego, en abril 2015, Raúl encabeza la delegación cubana a la VII Cumbre de las Américas, siendo la primera en que participa nuestro país. Allí, la mira estaba sobre nuestro país pues se produjo el histórico encuentro entre los entonces mandatarios de Cuba y Estados Unidos.

“Hemos expresado —y le reitero ahora— al Presidente Barack Obama, nuestra disposición al diálogo respetuoso y a la convivencia civilizada entre ambos Estados dentro de nuestras profundas diferencias. Aprecio como un paso positivo su reciente declaración de que decidirá rápidamente sobre la presencia de Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo en la que nunca debió estar —impuesta bajo el gobierno del Presidente Reagan”, dijo en la Cumbre.

Y continuó: “¡País terrorista nosotros!  Sí, hemos hecho algunos actos de solidaridad con otros pueblos, que pueden considerarse terroristas, cuando estábamos acorralados, arrinconados y hostigados hasta el infinito, solo había una alternativa: rendirse o luchar. Ustedes saben cuál fue la que escogimos con el apoyo de nuestro pueblo. ¡¿Quién puede pensar que vamos a obligar a todo un pueblo a hacer el sacrificio que ha hecho el pueblo cubano para subsistir, para ayudar a otras naciones?!”.

El 19 de septiembre de 2015, Cuba recibió al Papa Francisco. Raúl Castro, dijo entonces que “nos sentimos muy honrados con la visita de su santidad, nos ha guiado el ejemplo de los próceres de nuestra América quienes nos legaron valentía, por ello practicamos el axioma martiano: Patria es humanidad”.

También en septiembre, Raúl interviene en el encuentro de alto nivel del LXX Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU. En su discurso, después de hablar sobre el proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, dejó claro que “persiste el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, por más de medio siglo, el cual causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país, afecta a otras naciones por su alcance extraterritorial y continúa perjudicando los intereses de los ciudadanos y las compañías estadounidenses. Esta política es rechazada por 188 Estados miembros de las Naciones Unidas que demandan ponerle fin (…) No renunciaremos jamás a la dignidad, la solidaridad humana y a la justicia social, que son convicciones profundas de nuestra sociedad socialista”.

Entre el 20 y el 22 de marzo de 2016, Barack Obama realiza visita histórica a Cuba. A su llegada, después de rendirle homenaje a José Martí en el Memorial, se reúne con Raúl y luego realizan en conjunto varias actividades. En conferencia de prensa, el mandatario cubano ratificó: “Tenemos concepciones distintas sobre muchos temas como los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos… Defendemos los derechos humanos, consideramos que los derechos civiles políticos, económicos sociales y culturales son indivisibles, interdependientes y universales, no concebimos que un gobierno no garantice y defienda el derecho  a la salud, educación y seguridad social y los derechos de los niños, entre otros. Nos oponemos a la manipulación política y doble rasero sobre los derechos humanos”.

El 25 de noviembre de 2016, otro día histórico de Cuba, Raúl anuncia en alocución nacional el fallecimiento de su hermano, el inigualable Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. Fueron días tristes y dolorosos aquellos, todavía lo son. El 29 de noviembre, Raúl preside el multitudinario homenaje póstumo que rinde nuestro pueblo y el mundo al líder de la Revolución.

El 19 de abril de 2018, durante la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular, es electo Miguel Díaz-Canel Bermúdez como presidente de la República de Cuba. Un abrazo de Raúl Castro selló el camino iniciado muchos años atrás, un recorrido lleno de certezas, definiciones y, sobre todo, de amor por la Revolución.

En la clausura de esta Asamblea, Raúl fue muy preciso. “Continuaré desempeñándome como Primer Secretario del Comité Central del PCC hasta el 2021, cuando terminaremos el traspaso a las nuevas generaciones. A partir de entonces, seré un soldado más, junto al pueblo, defendiendo la Revolución”.

Ahora es abril de 2021. Se celebra en Cuba el 8vo. Congreso del PCC. Raúl presenta el Informe Central, donde retoma la idea de aquel abril de 2018: “Concluye mi tarea como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba con la satisfacción del deber cumplido y la confianza en el futuro de la Patria, con la meditada convicción de no aceptar propuestas para mantenerme en los órganos superiores de la organización partidista, en cuyas filas continuaré militando como un combatiente revolucionario más, dispuesto a aportar mi modesta contribución hasta el final de la vida”.

“Nada me obliga a esta decisión, pero creo fervientemente en la fuerza y el valor del ejemplo y en la comprensión de mis compatriotas y que nadie lo dude, que mientras viva estaré listo, con el pie en el estribo, para defender a la Patria, la Revolución y el Socialismo”.

Años de una travesía revolucionaria que se traducen en amor a la Revolución, confianza en quienes luchamos por ella y la certeza siempre de que, en cualquier circunstancia, ¡venceremos!

Tomado de Cubahora
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