Política

No hay OEA “que taje una nube de ideas”

13 abr. 2018
Dianet Doimeadios Guerrero, Jorge Legañoa Alonso, Roberto Suárez
“De todos los peligros que la acechan” se va salvando Cuba en la VIII Cumbre de las Américas. Hoy, la delegación de la Isla obligó a retirarse de la sala, donde se desarrollaba el diálogo de los representantes de la sociedad civil y los actores sociales, a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a los mercenarios.

A las nueve de la mañana, en el Hotel Sheraton de Lima, Luis Almagro intentó comenzar su discurso inaugural y Mirthia Julia Brossard Oris, la vocera de la coalición donde están agrupados la mayoría de los cubanos, pidió una moción de orden y exigió a los organizadores la expulsión de los contrarrevolucionarios anticubanos presentes en la sala, que carecen de cualquier legitimidad para representar a Cuba.

“Son aliados de terroristas los que están aquí, pagados por Estados Unidos y al servicio de potencias extranjeras, con una agenda de violencia hacia Cuba”, argumentó la joven.

Los organizadores de la Cumbre hicieron oídos sordos y pretendieron proseguir el “diálogo falso” bajo el telón de fondo de consignas y reclamos, hablaron el primer ministro de Perú y el Secretario General de la OEA, pero apenas se les escuchó.

Vinieron al plenario enviados de la mesa de honor a tratar de negociar la postura cubana, pero la firme posición de Cuba la expuso la joven Brossard Oris, una de la integrantes de las más de dos mil organizaciones de la sociedad civil de la Isla: “No hay diálogo posible si no expulsan de la sala a mercenarios y terroristas”.

Los cubanos apoyan las palabras de Brossard coreando: “Fuera los mercenarios”, “La Patria no se vende, la Patria se defiende”. Buena parte de los actores sociales de otras naciones se sumaron al reclamo. Interrumpen el audio y Mirthia no puede seguir hablando. La delegación de la Isla en pie y corea: “Con Cuba no te metas, a Cuba se respeta”.

Luis Almagro, nervioso, no articula una palabra. Los organizadores de la Secretaría de las Cumbres se han quedado sorprendidos y no saben qué hacer. Ponen música y suspenden la sesión. Los mercenarios continúan en la carpa habilitada para el encuentro en el Hotel Sheraton.

Después de una dilatada pausa, Luis Almagro, intenta retomar el diálogo y pronunciar su retórica construida. Los abucheos de “mentiroso” y “vendepatria” se lo impiden. Apenas se le escuchó. Y no hubo diálogo posible, porque ni la metodología ni el prestigio de la OEA lo ameritan.

El embajador Juan Antonio Fernández, representante del gobierno cubano al evento, solicitó la palabra, una y otra vez, pero los organizadores se niegan a abrir su micrófono. Después de la retirada por la puerta trasera de la dirigencia de la OEA, Fernández se dirigió a la sala y expuso las razones de la postura cubana.

Juan Antonio Fernández fustigó a la OEA por la falta de transparencia en la organización de estos foros. Ya el diplomático lo había advertido en el Diálogo Hemisférico del 21 de marzo, durante el proceso preparatorio de la VIII Cumbre.

Como “camuflados de la sociedad civil” calificó a los mercenarios presentes que trabajan al servicio de Estados Unidos. Tampoco se puede hablar con dobles raseros; si nos referimos a la democracia, al diálogo y la participación, tenemos que estar todos, y Venezuela fue excluida, subrayó.

“Cuba no va a aceptar la presencia de mercenarios, la sociedad civil cubana es la que está ahí, nuestras glorias deportivas, científicos, jóvenes, hombres y mujeres de pueblo, las iglesias y la espiritualidad cubana, los que enfrentan el bloqueo”, dijo dirigiéndose a los delegados de la Isla que ocupaban los primeros puestos.

“La sociedad civil cubana no es la que se hospeda en lujosos hoteles o comparte con terroristas”, añadió refiriéndose al escuadrón de vendepatrias que ocupaba sitios privilegiados en el plenario. En la delantera los puso la OEA.

Censuró que el representante norteamericano, presente en la sala, hubiera venido al diálogo a defender a mercenarios y terroristas, pero aclaró que era lógico que lo hicieran porque los trajeron y los aúpan contra Cuba.

La posición de la mayor de las Antillas encontró apoyo en el representante de Bolivia a la cita, quien cuestionó la legitimidad del diálogo hemisférico en el que no está la Venezuela bolivariana y chavista.

En su intervención, el director de Relaciones Multilaterales de Bolivia, Martín Bazurco, afirmó que “para tener un diálogo abierto y democrático, es necesario para que exista un diálogo real, se debe garantizar que todos los actores que están sentados en la mesa, tengan legitimidad para hacerlo”.

Venezuela no está sola, Bolivia no está sola, juntos defenderemos la unidad de nuestros pueblos, aseveró Martín mientras respaldaba a la coalición 15.

Luego de su primer discurso, Fernández volvió a pedir la palabra para denunciar una intervención del representante de los Estados Unidos que mostró un apoyo abierto a sus mercenarios. “Les guste o no, estamos al frente de ustedes, con nuestra Revolución”, dijo mirando al embajador norteamericano. A la Isla se le respeta, “Con Cuba no se metan”, dijo.

“Los sietemesinos sin fe en su tierra”, miembros de la mal llamada Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (REDLAC), encabezada por miembros de la contrarrevolución cubana, abandonaron la sala por el patio trasero. “Se fue la gusanera”, se escuchó en el Sheraton.

Fermín Quiñones, coordinador de la coalición cubana, subió a una tribuna improvisada en al auditorio y sobre una silla convocó a los pueblos latinoamericanos a iniciar el diálogo.

“Ahora que vengan a hablar los pueblos oprimidos, los indígenas, los afrodescendientes, la América toda”. Durante casi dos horas, luego de la retirada de los organizadores, se escuchó la voz de “las naciones románticas del continente”. El Apóstol lo describió un siglo atrás en Nuestra América: “No hay proa que taje una nube de ideas”.

Tomado de Cubadebate
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