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¡Mafiosos! Los fiscales de la Lava Jato tramaron en secreto para impedir la entrevista de Lula antes de las elecciones por temor a que ayudara a “elegir a Haddad”

10 jun. 2019
Glenn Greenwald, Victor Pougy
Un extenso lote de archivos secretos revela que los fiscales de Lava Jato, que pasaron años insistiendo que son apolíticos, tramaron para impedir que el Partido de los Trabajadores, el PT, ganara la elección presidencial de 2018, bloqueando o debilitando una entrevista preelectoral con Lula con el objetivo explícito de afectar el resultado de la elección.

Los archivos, a los que  The Intercept tuvo acceso con exclusividad, contienen, entre otras cosas, mensajes privados y grupales de la fuerza de trabajo en la aplicación Telegram. En ellos, los fiscales de la fuerza de trabajo en Curitiba, liderados por Deltan Dallagnol, discutieron formas de inviabilizar una entrevista del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva a la columnista del Folha de S.Paulo Mônica Bergamo, autorizada por el ministro del Supremo Tribunal Federal Ricardo Lewandowski porque, en sus palabras, ella «puede elegir a Haddad» o permitir la «vuelta del PT» al poder.

Los fiscales, que por años aseguraron no tener motivaciones políticas o partidarias, manifestaron repetidamente en los chats la preocupación de que la entrevista, a realizarse a menos de dos semanas de la primera vuelta de las elecciones, ayudaría al candidato a la presidencia por el PT, Fernando Haddad. Por eso, articularon estrategias para derribar la decisión judicial de 28 de septiembre de 2018, que la liberó -o, si se realizara, para garantizar que se estructurara para reducir su impacto político y, así, los beneficios electorales al candidato del PT.

Estas discusiones ocurrieron el mismo día en que el STF acató la petición de entrevista de Folha de S.Paulo. «En la decisión, el ministro [Ricardo Lewandowski] citó que el Pleno del STF garantizó ‘la’ plena ‘libertad de prensa como categoría jurídica prohibitiva de cualquier tipo de censura previa’.

Los diálogos demuestran que los fiscales no son actores apartidarios y apolíticos, pero sí, parecen motivados por convicciones ideológicas y preocupados por evitar el retorno del PT al poder. Las conversaciones forman parte de un lote de archivos secretos enviados a The Intercept por una fuente anónima hace unas semanas (mucho antes de la noticia de la invasión del celular del ministro Moro, divulgada esta semana, en la que el ministro afirmó que no hubo «captación de contenido» ). El único papel de The Intercept fue recibir el material de la fuente, que nos informó que ya había obtenido toda la información y estaba ansiosa por repasarlas a periodistas. La declaración conjunta de los editores de The Intercept y de Intercept Brasil explica los criterios editoriales usados ??para publicar estos materiales, incluyendo nuestro método para trabajar con la fuente anónima.

«Puede elegir a Haddad»

En aquel día, la conmoción comenzó a las 10 de la mañana, cuando el grupo supo de la decisión de Lewandowski. El ministro subrayó que los argumentos usados ??para impedir la entrevista de Lula en la cárcel eran claramente inválidos, ya que con frecuencia entrevistas son «concedidas por condenados por crímenes de tráfico, homicidio o criminales internacionales, siendo éste un argumento iniduo para fundamentar la denegación de la solicitud de entrevista». Así, teniendo en cuenta que Lula «no [se encuentra] en establecimiento penitenciario, en que puede existir un eventual riesgo de rebelión» y tampoco «se encuentra bajo el régimen de incomunicación», el ministro decidió en favor de la entrevista.

Un clima de revuelta y pánico se extendió entre los fiscales. Creyendo que se trata de una conversación privada que jamás sería divulgada, dejaron explícitas sus motivaciones políticas.

La procuradora Laura Tessler exclamó: «¡Qué chistes! Asco !!! Allí va el chico a hacer palanca en la cárcel. Un verdadero circo. Y después de Mónica Bergamo, por la isonomía, deben venir tantos otros periodistas … y la gente aquí queda sólo haciendo papel de payaso con un Supremo como ese … «.

Otra procuradora, Isabel Groba, respondió con sólo una palabra y varias exclamaciones: «Mafiosos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!».

Después de una hora, Tessler dejó explícito lo que dejaba a los fiscales tan preocupados: «sé allá … pero una conferencia antes de la segunda vuelta puede elegir a Haddad».

Mientras esos mensajes eran intercambiados en el grupo de los fiscales de la Lava Jato, Dallagnol estaba conversando en paralelo con una amiga y confidente identificada en su Telegram apenas como ‘Carol PGR’ (cuya identidad no fue confirmada por The Intercept). Lamentando la posibilidad de que Lula fuera entrevistado antes de las elecciones, los dos estaban expresamente de acuerdo en que el objetivo principal era impedir el retorno del PT a la presidencia y acordaron que rezaban para que eso no ocurriera.

No se trata de una confesión aislada. Toda la discusión, que se extendió por varias horas, parece más una reunión entre estrategas y operadores anti-PT que una conversación entre procuradores supuestamente imparciales.

Descartada la posibillidad de impedir una entrevista, ellos pasaron a debatir cuál formato traería menos beneficios políticos para Lula: una entrevista a sólas con  Mônica Bergamo, o una conferencia de prensa colectiva con varios periodistas. Januário Paludo, por ejemplo, propuso las siguientes medidas: «Plan A: intentar recurso en el propio STF: posibilidad Cero. Plan B: abrir la posibilidad para todos de hacer la entrevista el mismo día. «Va a ser una zona pero disminuye la posibilidad de que la entrevista sea dirigida.»

Otro procurador, Athayde Ribeiro Costa, sugirió expresamente que la Policía Federal maniobrara para que la entrevista fuera hecha después de las elecciones, ya que no había indicación explícita de la fecha en que ella debería ocurrir. De esa forma, sería posible evitar la entrevista sin incumplir la decisión.

Una rueda de prensa, además de diluir el foco de la entrevista, traía la ventaja de posiblemente inviabilizarla operacionalmente, como puntuó el procurador Julio Noronha horas después. También sugirió abrir la entrevista a otros presos para reducir la repercusión:

(Cuando la entrevista fue finalmente autorizada, en abril pasado, la Policía Federal, ahora bajo el mando del ministro de Justicia de Jair Bolsonaro, Sergio Moro, el ex juez que había condenado a Lula a la cárcel, intentó transformarla en una rueda de prensa. Una petición de El País acatada por Lewandowski finalmente echó por tierra el plan.)

En ningún trecho de la conversación Dallagnol, que participó en forma activa de las discusiones, o cualquier otro procurador, indicó incomodidad con las motivaciones políticas explícitas de las estrategias de la acusación. Más que eso, ese grupo de Telegram, activo por meses, sugiere que ese tipo de cálculo político era rutinario en las decisiones de la fuerza de trabajo.

En un momento, uno de los fiscales citó un artículo publicado en el sitio El Antagonista informando que la Fiscal General de la República, Raquel Dodge, no pretendía recurrir la decisión autorizando la entrevista. Los fiscales especularon inmediatamente sobre las causas de la elección de Dodge: Parte de las discusiones trataba de vaciar una eventual petición para medios de prensa.

Los fiscales de la fuerza de trabajo estaban tan alarmados con la posibilidad de que una entrevista de Lula llevara al PT a la victoria que compartieron un artículo irónico del Antagonista. En ese día, el texto sugería que, en un eventual gobierno Haddad, «Lula sale de la cárcel y los fiscales de la Lava Jato entran en su lugar».

Los temores de los fiscales, sin embargo, fueron luego calmados. A las 22h49 del mismo día, el procurador Julio Noronha compartió otro reportaje del Antagonista, esta vez con una buena noticia: «Partido Nuevo recurre al STF contra entrevista de Lula». Una hora después, el clima era de conmemoración. El ministro del STF Luiz Fux concedió una liminar contra la entrevista, atendiendo a la petición del Partido Nuevo. En la decisión, el ministro dice que «se hace necesaria la relativización excepcional de la libertad de prensa». Januário Paludo fue taxativo: «Debemos agradecer a nuestra PGR: Partido Nuevo !!!».

Los fiscales no mostraron preocupación por el hecho de que un ministro del STF tuviera poder para suspender la libertad de prensa, o de que un partido que se dice liberal entró con una petición en ese sentido. Por el contrario, los fiscales conmemoraron la prohibición.

Por años, la Lava Jato fue acusada de operar con motivaciones políticas, partidistas e ideológicas, y no jurídicas. La fuerza de trabajo viene negándolo de forma vehemente. Ahora que sus conversaciones se están haciendo públicas, la población tendrá la oportunidad de decidir por sí misma. Las discusiones del 28 de septiembre traen indicios significativos de que la fuerza de tarea no es el grupo apolítico y apartidista de lucha anticorrupción que los fiscales y sus aliados en los medios intentan pintar.

Al contrario de lo que tiene como regla, Intercept no solicitó comentarios de fiscales y otros involucrados en los reportajes, para evitar que actuaran para impedir su publicación y porque los documentos hablan por sí mismos. Entramos en contacto con las partes mencionadas inmediatamente después de publicar las materias, que actualizaremos con los comentarios tan pronto como sean recibidos.

(Tomado de The Intercept Brasil / Traducción de RAF para Cubadebate)

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