30 sept. 2020
Prensa Latina
El primer debate presidencial para las
elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos deja hoy un sabor amargo
en los espectadores que vieron una discusión caótica, marcada por los
ataques feroces y las continuas interrupciones.
Dada la frecuente retórica incendiaria del mandatario del país, el
republicano Donald Trump, y su tendencia a tratar de ridiculizar a sus
oponentes, no era de extrañar un tono parecido en este enfrentamiento
con su rival demócrata, Joe Biden.
Pero al cierre de la discusión
que se desarrolló anoche durante 90 minutos en la Universidad Case
Western Reserve de Cleveland, Ohio, los titulares se enfocaron más en
los insultos y la brutalidad del evento, que en las cuestiones abordadas
de cara a los venideros comicios.
'Con conversaciones cruzadas,
mentiras y burlas, Trump pisotea el decoro en debate con Biden', fue uno
de los titulares empleados por el diario The New York Times para
referirse al primero de tres encuentros de este tipo previstos antes de
la cita en las urnas.
The Wall Street Journal empleó el
encabezado 'Trump y Biden chocan en primer debate contencioso', y la
publicación Politico resumió lo ocurrido de este modo: El presidente
interrumpió e intimidó. Biden llamó al presidente un 'payaso'. Chris
Wallace, el moderador, se desesperó.
Al mismo tiempo, muchos
comentaristas de cadenas de televisión calificaron el debate de
vergüenza y circo, y culparon principalmente al mandatario por el caos
de la noche.
George Stephanopoulos, de ABC News, se refirió al
evento como 'el peor debate presidencial que he visto en mi vida'; algo
en lo que coincidió el presentador de CNN Jake Tapper, quien dijo que ni
siquiera fue un debate, sino 'una desgracia'.
Incluso el
exgobernador republicano de Nueva Jersey Chris Christie, miembro del
equipo que preparó a Trump para la cita, reconoció a la cadena ABC que
el presidente estuvo 'demasiado caliente' y que no era el debate que
habían esperado, aunque añadió que el desempeño de Biden tampoco fue
alentador.
En el momento tan esperado por el público
norteamericano, cuando muchas personas todavía no deciden a qué
candidato apoyar en las elecciones, los contrincantes discutieron sobre
la Corte Suprema, la atención de salud, las relaciones raciales, la
seguridad de las elecciones y el cambio climático.
A esos asuntos
se sumaron los ataques a menudo personales, que tuvieron entre sus
puntos más bajos el momento en que Trump arremetió contra Hunter Biden,
hijo del aspirante demócrata, no solo por asuntos de negocios, sino por
sus problemas pasados de adicción a las drogas.
Mi hijo tenía un
problema con las drogas, pero lo superó y estoy orgulloso de él,
respondió el exvicepresidente, quien no dudó en tildar a su rival de
mentiroso, payaso y racista.
De todas las cuestiones discutidas,
una en particular captó la atención de muchos analistas y medios: la
negativa de Trump a condenar explícitamente a los supremacistas blancos
por incitar a la violencia en las manifestaciones contra la brutalidad
policial en el país.
Según el mandatario, estaría dispuesto a
decirles 'que se retiren', pero añadió que casi toda la violencia que ve
viene de la izquierda, no de la derecha, y se refirió en particular al
movimiento antifascista conocido como Antifa.
Incluso en una
cuestión tan delicada como la pandemia de la Covid-19, que ya provocó
unas 210 mil muertes en el país, Trump no solo se dedicó a defender su
criticado manejo de la crisis, sino que apostó también por la burla
personal, al mofarse del demócrata por realizar eventos pequeños o usar
siempre máscaras.
Antes de la discusión de anoche, el actual
ocupante de la Casa Blanca trató de presentar a Biden como una persona
poco capacitada para el debate y que debería recurrir hasta a
medicamentos para mejorar su labor en el podio, pero un criterio
generalizado es que esa línea de ataque se revirtió en su contra, pues
el demócrata se mostró suficientemente activo y capaz en el ríspido
intercambio.
De hecho, aunque el modo en que este debate influyó
en los votantes no podrá medirse con exactitud hasta las encuestas de
los días venideros o hasta los propios comicios, sondeos instantáneos
realizados por algunos medios le dieron ventaja al exvicepresidente.
Un
48 por ciento de los televidentes interrogados por CBS News consideró
que Biden ganó en el debate, frente a un 41 por ciento que opinó lo
mismo de Trump, en tanto la superioridad del demócrata se amplió al 60
por ciento (ante un 28 por ciento para el republicano), en una encuesta
similar de CNN.
Pero tales resultados, advirtieron analistas,
podrían ser un reflejo de lealtades anteriores, y no traducirían
necesariamente las consideraciones sobre el desempeño en el escenario.
Más
allá de los dividendos individuales que obtenga cada contendiente,
Tapper, de CNN, sostuvo que quien realmente perdió anoche con un debate
de ese tipo fue el pueblo estadounidense.