Diálogos marxistas

Octubre Rojo: musa e inspiración

24 ene. 2018
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Iniciaba el siglo XX europeo en pleno hervidero de ideas contrapuestas: la ideología conservadora de una dominante burguesía y las ideas revolucionarias de hombres y mujeres que deseaban, con todas sus fuerzas, cambiar el orden social reinante. En el ámbito artístico también tenía lugar una disputa de sentidos. En modo particular, la cartelística —que desde finales del siglo XX había demostrado su efectividad comunicativa en el área comercial— propiciaría el nacimiento del cartel político o de propaganda, vinculado a dos hechos de trascendencia histórica: la Primera Guerra Mundial y la Revolución Socialista de Octubre.

 

En palabras de la investigadora Esther Nácher:

 

Hasta este momento los carteles que se hacían [en Rusia] exaltaban el imperialismo ruso, con águilas imperiales, escudos, emblemas heredados de épocas medievales y representación de altos cargos de la iglesia ortodoxa y la realeza. Es en 1905 cuando aparecen algunos carteles o pancartas que promocionan productos industriales y de espectáculos teatrales, siguiendo el mismo desarrollo de los carteles de la Europa occidental. Los formatos son siempre rectangulares, la ilustración enmarca los textos sin llegarse a integrar ambos plenamente; las ilustraciones son orlas y ribetes decorativos muy anchos, compuestos por blasones, ornamentos florales y animalísticos, grecas o formas abstractas y símbolos heráldicos medievales.[1]

 

La Primera Guerra Mundial constituyó un primer impulso. El gobierno zarista utilizó el cartel con fines belicistas, aunque alguno de ellos —como Ayudemos a las víctimas de la guerra, de Leonid Pasternak— por su realismo, se reutilizaría como arma ideológica de los soviets en 1918 con la leyenda «El precio de la sangre», pues constituía una denuncia al zar.


La Revolución de Octubre sería la que, entonces, desencadenaría el desarrollo de la cartelística revolucionaria. Según la investigadora, Pilar Lara se trata de

 

un periodo de asombrosas yuxtaposiciones, de rico pluralismo. La vanguardia artística tenía muchas facetas. Se profesaban el simbolismo y la universalidad paralelamente a los grados extremos de lo concreto y lo práctico. Compiten unas veces ambos polos entre sí y se funcionan en síntesis en otras ocasiones. Los carteles tenían al mismo tiempo una función transformadora y estético ambiental. Se trata de artistas que querían trasformar el mundo. No buscaban estabilidad, sino el cambio. Hubo dos revoluciones, una política y otra artística, fuertemente ligadas entre sí. Las vanguardias dejan de estar en oposición para estar al frente de las transformaciones sociales. No existía una tendencia en el campo de la propaganda, sino un horizonte en el que lo popular y lo vanguardista, también lo académico, se deslizan y se solapan[2].

 

La prohibición promulgada por el zar sobre los carteles, y la necesidad de presentar las ideas en modo esencialmente visual y comprensible para las mayorías —en un contexto donde gran parte de la población era analfabeta y se pretendía que fuese esta la masa empoderada, la protagonista del cambio social—, desencadena una explosión de carteles en los años veinte que constituyen ejemplos para toda la propaganda de masas.

 

La Revolución inicia un camino. Se instaura un Plan de Propaganda Monumental para adornar edificios, vallas y lugares públicos con carteles y levantar monumentos dedicados a grandes revolucionarios. Generalmente los jóvenes artistas —entre los que figuraban alumnos y profesores de los Vjutemas (Altos Talleres Artísticos Técnicos Libres), fundados en 1918— no pertenecían a ningún estilo artístico, pero sí todos defendían una ideología de izquierda.

 

Era una vorágine muy apasionada. El artista pintaba, dibujaba o componía su cartel en el estudio, lo llevaba al taller, y un dibujante litógrafo lo copiaba a las planchas desde donde se imprimirían las copias.

 

Durante los primeros años en que los bolcheviques estuvieron en el poder se imprimieron miles de carteles. Entre 1918 y 1921 se registraron unos 3 694[3], aunque este número está muy por debajo de todo lo que circuló en la Rusia de Lenin.

 

Era necesario que la cartelística ayudase a mantener en alto la moral, el orgullo y el sentimiento patriótico durante la Guerra Civil, a crear conciencia en las mayorías sobre las nuevas relaciones sociales que se establecían en Rusia, y a educar a los campesinos y obreros en el conocimiento político y en los postulados marxistas.

 

La necesidad de hacer una imagen repetible y directa obligaba a un sencillo esquematismo de líneas y colores, una disminución de los recursos que se tradujo no en pobreza plástica, sino en una inventiva capaz de crear con originalidad, en clara relación con la investigación constructivista. Sin embargo, se trataba de imágenes claramente populares, que utilizaban muchas veces un código propio de cartelón de feria más que de arte elaborado. Esta es la novedad revolucionaria[4].

 

Uno de los más famosos de aquella primera época fue ¿Ya te has alistado como voluntario?, de Dimitri Moor. Entre los temas más diversos sobresalían aquellos que constituían un llamado a las armas, explicaban el nuevo orden social, anunciaban los nuevos cambios, condenaban la guerra o explícitamente enfrentaban a los Estados Unidos, su polo opuesto de carácter imperialista. También se manifestó la intención de destacar la condición de la mujer como parte de la revolución: trabajadora, madre, compañera, en igualdad de condiciones con el hombre.

 

Eran artistas comprometidos poniendo sus conocimientos y su trabajo al servicio del cambio social. En opinión de Nácher:

 

Estos planteamientos respondían a la idea de creación y transformación social que defendían Marx y Engels que había propuesto en sus teorías Hegel, desde ese momento el arte se convierte en un poder social frente al individualismo que había dominado el arte (tanto la idea de arte del artista como la función que la sociedad le atribuía).

 

Mientras la publicidad sorprendía utilizando locomotoras, fábricas, antenas radiofónicas, fraguas o válvulas de radio para anunciar otros productos y se acuñaban marcas como «cigarrillos Soviet», «perfumes Moscú Rojo» o «galletas Octubre Rojo», proliferaban los carteles políticos.

 

Un producto de singular trascendencia fueron las tiras educativas del ROSTA (Servicio de Telégrafos Ruso): viñetas de cuatro o más dibujos que ilustraban temas educacionales, sanitarios y políticos. Así nace la vanguardia creadora soviética, que en cartelismo, adoptó la teoría artística conocida como «constructivismo», que intenta expresar los sentimientos y las creencias de la clase trabajadora. Además de la producción del ROSTA, mezcla de lo popular y lo vanguardista, también caracterizó esa etapa, la producción enmarcada por la tradición realista sin caer en el populismo que fue duramente atacado por Lenin y la adscripción a la vanguardia incorporando las innovaciones aportadas por el expresionismo, cubismo, suprematismo, constructivismo y dadaísmo, así como la técnica del fotomontaje.[5] En la época moderna donde las vallas nos asaltan por las carreteras y los «memes» se multiplican en las redes sociales, revisitemos estos carteles y disfrutemos de una ola revolucionaria que fue tuvo en la revolución socialista de octubre, musa e inspiración.




[1] Esther Nácher: El cartelismo. Historia de su desarrollo y características principales. Disponible en: http://arterusouv.blogspot.es.

[2] Pilar Lara Ruiz-Granados: El nacimiento del cartel político y su relación con las vanguardias. Cuestiones publicitarias: revista internacional de comunicación y publicidad, ISSN 1133-6870, Nº. 6, 1997, p.68.

[3] Esther Nácher: El cartelismo. Historia de su desarrollo y características principales. Disponible en: http://arterusouv.blogspot.es.

[4] Pilar Lara Ruiz-Granados: El nacimiento del cartel político y su relación con las vanguardias. Cuestiones publicitarias: revista internacional de comunicación y publicidad, ISSN 1133-6870, Nº. 6, 1997, p.69.

[5] Esther Nácher: El cartelismo. Historia de su desarrollo y características principales. Disponible en: http://arterusouv.blogspot.es.

 

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