Contrapunteo

Los pilares de la política de máxima presión contra Cuba

23 oct. 2023
Por

Hace apenas unos días, varios medios de prensa divulgaron que el Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos (EXIM) decidió cancelarle el financiamiento de un crédito de 800 millones de dólares a la empresa petrolera mexicana Pemex. Esta decisión de la entidad bancaria estadounidense estuvo sustentada en que la compañía de México realizó envíos de petróleo a Cuba durante los meses de junio y julio del presente año.

Este es solo uno de los ejemplos más recientes de la aplicación de la política de máxima presión del gobierno estadounidense contra la nación cubana que constituye, sin lugar a dudas, el principal obstáculo para el desarrollo socioeconómico del país.

Si bien lo que ha caracterizado tradicionalmente la proyección de los gobiernos estadounidenses hacia Cuba ha sido la confrontación y las medidas unilaterales, a partir del año 2019 con el gobierno de Trump se abre una etapa de reforzamiento sin precedentes de la hostilidad y de ejecución de acciones que han causado un daño severo a la economía y a la calidad de vida del pueblo cubano. 

Fue el propio gobierno estadounidense el que calificó esta política como de máxima presión atendiendo a los objetivos y a la naturaleza de las acciones que comprenden. Este artículo tiene como propósito fundamental explicar los objetivos, pilares y principales manifestaciones de este diseño de política que el gobierno de Biden ha defendido y lo ha estado aplicando con todo rigor.

En primer lugar, hay que hacer referencia a los objetivos estratégicos de esta política. Desde nuestro punto de vista, existen cuatro metas muy claras:

1)    Forzar un “cambio de régimen” en Cuba de manera acelerada.

2)    Provocar un daños severo y sistemático al pueblo cubano en todas las esferas de su vida.

3)    Privar de las fuentes esenciales de ingresos y recursos al gobierno cubano.

4)    Fracturar de manera irreversible el consenso interno y el apoyo del pueblo al liderazgo político cubano.

Para avanzar en el cumplimiento de estos objetivos, este diseño de política se sustenta en un sistema de pilares o componentes esenciales que constituyen los mecanismos que se emplean para el despliegue de las acciones que causan los daños severos que tienen como blanco fundamental no al gobierno cubano sino a su pueblo. Los pilares son los siguientes:

1)  Lista de países patrocinadores del terrorismo. La inclusión de Cuba en este listado tiene serias implicaciones negativas para las operaciones bancarias financieras de la nación cubana. Se genera la denominada práctica conocida como “sobrecumplimiento” que consiste en que los bancos, las instituciones financieras, las empresas y los inversionistas sienten temor de establecer algún tipo de relación que involucre a Cuba.

 

Provoca limitaciones para la apertura por parte de personas naturales y jurídicas cubanas de cuentas bancarias en el extranjero, el uso de instrumentos para cobros y pagos internacionales, el acceso a empresas fintech y banca digital, así como la contratación de servidores y servicios online. Por lo tanto, provoca un daño severo para operar financieramente en el escenario económico internacional actual. Su impacto no solo se extiende a las instituciones estatales cubanas, sino que afecta a las personas naturales.

 

2)  Persecusión a los suministros de combustible. A partir de abril del 2019, se comenzó una ofensiva contra los proveedores de petróleo y otros recursos energéticos a Cuba. Se incluyeron en la denominada Lista de Nacionales Especialmente Designados a 80 buques y compañías petroleras, lo que implicaba su incorporación en el sistema de sanciones contra la nación cubana.

 

Estas acciones no convencionales y con una concepción de tiempo de guerra, ocasionaron una afectación considerable a los suministros de combustible. Por lo tanto, incidieron de manera significativa en la profunda crisis energética que vive actualmente el país.

 

3)   Persecución a la cooperación médica cubana a nivel internacional. En enero del 2019, se inicia con mayor fuerza e intencionalidad una campaña de descrédito y presiones a terceros países para obstaculizar la cooperación médica en múltiples países.

 

Además de afectar la imagen de la Revolución cubana a escala global, esta campaña tiene como propósito fundamental afectar los ingresos que el estado cubano obtenía como resultado legítimo de esta cooperación. La exportación de estos servicios se había convertido en una de las principales fuentes para captar divisas en función del desarrollo socioeconómico del país. Al afectarse de manera considerable esos montos, se manifiesta un deterioro de varios indicadores económicos con un fuerte impacto en la calidad de vida.

 

4)    Activación del Título III de la Ley Helms Burton. A partir de mayo del 2019 cuando entra en vigor esta decisión, se inicia una etapa de afectaciones considerables para la inversión extranjera en Cuba. La adopción de esta medida, que no había sido puesta en vigor por varias administraciones atendiendo a razones de seguridad nacional, está orientada a desestimular a los actuales y futuros inversionistas en cualquier sector de la economía cubana. Es una acción que tiene la capacidad de incidir en las posibilidades reales de captar capital extranjero.

 

5)   Lista de Entidades cubanas restringidas. En junio del 2017, se publicó un listado de 179 personas jurídicas cubanas con las cuales estaba prohibido realizar cualquier tipo de transacción económica, comercial y financiera por por parte de personas sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos. En el 2020, la cifra se había incrementado a más de 230 entidades. En la práctica, la lista comprende a empresas claves para el desarrollo socioeconómico de país que no pueden tener ningún tipo de vínculos con su mercado natural ubicado en territorio estadounidense.

 

6)  Lista de Alojamientos Prohibidos. En septiembre del 2020 se publicó este listado que contempla 422 hoteles y casas de renta donde tienen prohibido alojarse a personas bajo la jurisdicción de Estados Unidos. Es una medida orientada a afectar considerablemente al flujo de viajeros estadounidense y, en consecuencia, obstaculizar ingresos a Cuba por ese concepto.

 

Cualquier observador, independientemente de su visión ideológica, podría percatarse que este conjunto de pilares en que se sustenta la política de máxima presión del gobierno estadounidense contra Cuba, constituye un sistema de medidas y acciones orientadas a causar el daño más severo posible al pueblo cubano que constituye el principal blanco y afectado de todo este despliegue. Está por ver todavía cuando es posible que se impongan la racionalidad, la sensatez y, en especial, la voluntad política en Estados Unidos que permita dejar atrás este diseño de política que no contribuye para nada a los intereses de ambos pueblos.  
enviar twitter facebook

Comentarios

0 realizados
Comentar